Este post no versa en su entereza sobre la obra de (((Ayn Rand))) que lleva por título “La virtud del egoísmo” sino que busca darle la vuelta a algunos puntos que ella construye, también busca atacar las mentiras de (((Von Mises)))

Para muchos de los que acuden a mi blog, desde amigos y colegas, pasando por periodistas plagiarios, mulatos perroflautas que no entienden de la derecha alternativa y gente que en general quieren saber sobre el pensamiento de derecha en el expaís llamado Venezuela.

Muchos de los venezolanos que están en el espectro político de la derecha se influencian muy fácilmente por la (((propaganda))) liberal, y entran en una retórica de individualismo en contraposición al colectivismo. Los libertarios yerran en cuestiones de hecho y usan la pseudo ciencia de (((Ludwig von Mises))) para poder expresarse.

El egocentrismo libertario se expresa usualmente como una obsesiva obcecación de contrastar el “individualismo” como algo honorable en contraposición al odioso “colectivismo”.

Entre los nihilistas y anarquistas, dicha obcecación se manifiesta como una obsesión de contrastar el orgulloso “egoísmo” en contra del altruismo naíf.

Es muy irónico que un tipo como Ludwig von Mises sea capaz de escribir un libro sobre la filosofía de los hombres, lo llame “La Acción Humana” y luego la discuta en términos kantianos abstractos.

Si revisamos la obra de Ayn (((Rand))), en la edición de 1944 de la revista Selecciones Reader’s Digest: “El colectivismo significa la subyugación de un individuo a un grupo – sea raza, clase, estado, etc. El colectivismo sostiene que los hombres deben ser encadenados a la acción y el pensamiento colectivo en nombre del ‘bien común’”.

El problema con ese tipo de caracterizaciones es que (((Rand)))  también busca “subyugar al individuo a un grupo” y de forma muy discreta y solapada. La única diferencia es que ella quiere subyugar a distintos individuos a un grupo distinto por razones diversas.

En su obra, “La virtud del egoísmo” ella escribe que “los derechos individuales son los medios de subordinar la sociedad a una ley moral”. Aquí es donde Rand yerra.

Ayn Rand desarrolló un concepto llamado la “falacia del concepto robado” que implica usar un concepto al negar la validez de sus raíces genética. Ver.

Para los fanboys de Rand, la sociedad es un grupo numeroso de hombres. Y el problema del colectivismo es que éste ve a la sociedad como una especie de súper organismo, una suerte de entidad sobrenatural aparte y superior a la suma de todos sus integrantes individuales

Rand quiere vivir en un “colectivo” el cual – hasta cierto punto y de forma “altruista”- actúa para defender una cierta clase de orden social. La autora simplemente quiere que el orden social se centre en una concepción de los derechos humanos vista desde el punto de vista de la derecha en vez de una concepción de bienestar izquierdista. Por ello entiende perfectamente bien que los individuos que componen ese orden social tendrían que sacrificar algunos de sus deseos e impulsos si fueran a alcanzar el gran deseo de vivir en este tipo de sociedad – eso quiere decir que tienen que evitar llevar a cabo acciones que “violaran los derechos individuales”, incluso si ambos se beneficiaran de manera tangible en el presente y a largo plazo de hacerlo.

Para poder darle la vuelta a este complicado dilema filosófico, Rand, como Mises buscaron realizar una racionalización muy poco elaborada. En el caso de mises, que escribió un libro sobre la filosofía de los hombres llamado “la acción humana” y la discute en términos kantianos abstractos, con el lenguaje pseudocientífico de la praxeología, y en el caso de Rand, al decir que “entre hombres racionales no pueden existir conflictos de intereses”. Pero esta premisa es evidentemente absurda y se puede demostrar en una serie de oraciones:

  • Mientras camino por debajo de un puente me topo con un hombre.
  • Soy un sádico y me gustaría torturar a este hombre por el período de una hora y luego matarle.
  • Nadie se enteraría de nada.
  • El hombre que quiero matar le interesa permanecer con vida.
  • Yo estoy interesado en matarlo
  • Por ende tenemos un conflicto de intereses.

Por ende, si tratamos de negar situaciones que ocurren de esta manera en el mundo real es un sinsentido tan grande como intentar usar argumentaciones filosóficas para refutar la existencia de la gravedad o decir que el teorema de pitágoras es mentira porque no entiendes de catetos e hipotenusas.

Rand enfrenta el tema de la razón para defender su máxima de que entre hombres racionales no hay conflictos de intereses cuando dice que los intereses dependen del tipo de metas que un hombre persiga, sus objetivos dependen de sus deseos, de sus deseos dependen sus valores y para un hombre racional sus valores dependen del juicio de su mente. Los hombres racionales no persiguen metas que no puedan lograr por su cuenta directa o indirectamente, por esfuerzo propio. Los hombres racionales no buscan o desean lo que no se han ganado. El mero hecho de que dos hombres deseen el mismo trabajo no constituye prueba de que alguno de ellos esté con derecho a algo o se lo merezca, y que esos intereses son lastimados si no obtienen lo que desean.

El primer gran problema con estos tipos de sofismas es que confunde el merecer con tener intereses. Si por ejemplo, mis intereses son dañados porque no logro conseguir un trabajo que quiero, nada tiene que ver con el que me lo haya “merecido” o no.

El segundo gran problema es que la definición de “racional” que se aplica aquí no está del todo clara. y por ello no es más que un concepto enrevesado para tratar de sostener un sistema filosófico repleto de incoherencias.

Le guste o no a los (((liberales))), Ayn Rand desea formar parte de un colectivo. y ella quiere practicar el altruismo que tanto critica al sacrificar alguno de sus intereses para poder adquirir un interés mayor al mantener un orden social cimentado sobre los principios que ella quiere llevar adelante.

Ayn Rand propone una especie de contrato social de la misma manera que Thomas Hobbes o Juan Jacobo Rousseau. Ella simplemente propone distintos términos para dicho contrato. exigiendo requisitos distintos para quienes lo integran, con distintos beneficios para quienes cumplen con esos requisitos.

El egoísmo que define Ayn Rand es un juego de palabras para captar la atención de la gente. Es puro mercadeo. Aunque engañoso, después de todo, Rand posee una (((genética))) propia de embusteros. El uso de las palabras, de la misma forma que (((Mises))) crea un lenguaje pseudocientífico, en el caso de Rand, ella reforma el concepto del egoísmo ya que este tiene principalmente una connotación negativa.

Es por ello que Rand busca reformar el egoísmo y asociarlo con definiciones como individualismo, responsabilidad, interés superior, ilustración y interés pragmático.

El propósito de la idea del interés propio es epistemología: Que tu no puedes saber suficiente para trabajar por el interés de otra persona en ña división del conocimiento y del trabajo.

En la división del conocimiento y del trabajo, tu no puedes saber mucho. Somos necesariamente ignorantes.

Nuestra visión del mundo es muy limitada.

Está siempre restringida al querer “actuar localmente mientras que pensamos globalmente”.

Es por ello que el egoísmo es simplemente un juego de palabras con el propósito de hacernos querer ver nuestras responsabilidades individuales de forma inversa.-Cuidar de otros al cuidarnos a nosotros mismos. En vez del deber que tenemos para con los otros de cuidarnos a nosotros mismos.

Rand, al igual que Mises intentaron hacer del individualismo y la libertad durante períodos en el que el pensamiento socialista estaba en constante expansión, cuando el modelo socialista era el gold standard, ellos intentaron ponerle freno. Para Rand, los soviéticos destruyeron su integridad familiar. Para Mises, el modelo soviético y el nacionalsocialismo alemán cambiaron su forma de ver el mundo. Ambos intentaron hacer juegos de palabras para captar nuestra atención.

Rand y Mises no escribieron nada que Adam Smith o Frédéric Bastiat no hayan escrito antes.

Hayek trata de recordarnos que la fuente de la libertad, conocida como el liberalismo Clásico fue un producto de la búsqueda inglesa empírica de la ciencia producto del análisis de los datos que se habían acumulado para el siglo XVIII, una época que produjo el primer crecimiento de la clase media.

Pero al mismo tiempo, los franceses estaban persiguiendo el concepto de la libertad de forma reaccionaria a la iglesia, por medio del razonamiento verbal, en vez de usar datos duros.

Tenemos entonces a protestantes germanos contra latinos católicos tratando de hacer aproximaciones a la vida.

Esos argumentos racionales son argumentaciones morales. Las argumentaciones morales son engañosos por definición. Pero son los más fáciles de digerir para el ciudadano de a pie y son los más fáciles de usar y manipular por parte de los políticos.

En gran parte, el lenguaje de la libertad se distribuyó por traducciones que fueron hechas a partir de la literatura francesa usando la interpretación francófona en términos racionales de principios ingleses empíricos y racionales. Así que el lenguaje que usamos hoy día para discutir la libertad ha sido con el raciocinio francófono en vez del empírico inglés. Este racionalismo francófono es de donde Marx obtuvo la fundación para el socialismo y el comunismo.

Las obsesiones que surgen, particularmente en el espectro político de la derecha, en relación al “egoísmo” en contraposición al “altruismo” o del “individualismo” versus el “colectivismo” son cortinas de humo. Este tipo obsesiones emergen no porque haya una dicotomía verdadera entre las dos sino porque simplemente nos topamos con el hecho de que estamos en contra de ciertas peculiaridades que algunos prefieren.

Desde el socialcristiano más militante hasta el (((anarcocapitalista))) más furibundo son individuos egoístas que buscan formar el tipo de comunidades que desean para si mismos porque eso es lo que desean en sus vidas. De la misma forma hasta Ayn Rand sería una colectivista altruista, porque lo que todos deseamos es una comunidad en la cual tanto nosotros como nuestro prójimo sacrifiquen ciertas cosas para obtener otras- bien sea el derecho a mantener la totalidad de nuestra renta, o el derecho de matar gente en callejones- para mantenernos a nosotros y nuestros seres queridos a salvo.

Este es el caso sin importar que tipo de sociedad busque asegurar quisiera o ye beneficios de bienestar para proteger cierta clase de derechos.

La división no recae entre “egoístas individualistas” y “colectivistas altruistas”.

La división recae entre sociópatas anti-sociales inmaduros “egoístas individualistas” que están obsesionados con esos términos y etiquetas para señalar su inmadurez, sociopatía, y trastornos de personalidad anti-social y “egoístas individualistas” que entienden que sus propios intereses yacen en mantener una cierta clase de orden social que requiere  poner límites a sus comportamientos para que otros puedan hacer lo mismo para poder asegurar una mayor entidad político-social-administrativa que funcione, generando beneficios para todos.

Las diferencias yacen el el tipo de “altruismo” que solicitamos de los hombres que tenemos a nuestro alrededor, y que nosotros estemos dispuestos a someternos a ese tipo de normativas.

La diferencia no yace en si proponemos un contrato social o no, sino bajo cuáles términos estamos dispuestos a someternos para cosechar cuales ganancias sociales: Sea seguridad, infraestructura, educación, servicios públicos, etc.

No existe una forma objetiva y universalmente correcta de responder a estas preguntas porque distintas personas en distintos momentos estarán dispuestas o indispuestas a hacer o no equis o ye sacrificios para crear distintos tipos de comunidades.

Para los fanboys de la teoría del valor subjetivo:

Ustedes deberían entender que distintas personas ponen distintos valores en tener distintos tipos de “derechos” protegidos. Por ende logrando distintos resultados. Incluso a nivel económico.

Para nosotros, en la derecha, nuestra primera tarea es *crear comunidades.*Formar redes espontáneas, auténticas de relaciones personales es crear un movimiento político que genera vanguardia para que cuando llegue la hora de tomar el poder, destrocemos a la izquierda al tomarla por sorpresa ya que no se esperan que seamos vanguardia. Crear este tipo de redes es como plantar un jardín: es un requisito previo para la creación y fundación de todas las cosas que vayan a surgir después. Si no lo hacemos nosotros lo la izquierda nos seguirá gobernando.

Es por ello que debemos trazar límites claros con respecto a que es lo que le estamos pidiendo a aquellos que deseen unirse a nuestras filas, y que les tenemos que ofrecer a ellos si están dispuestos a cumplir con nuestras peticiones.

Mientras más fuertes sean nuestras comunidades, y más altos sean los estándares de lealtad y cooperación que podamos mantener entre nosotros, más atractivas serán nuestras propuestas y mayores adeptos ganaremos para nuestra causa. La izquierda está dispuesta a devorar sus propios hijos cuando se generan espirales de pureza y purgas cruentas, nada de eso debe ocurrir aquí.

Si queremos ser capaces de mejorar a la Civilización Occidental, debemos crear comunidades superiores a las que crea la izquierda, y debemos ser auténticos a nosotros mismos y la evolución espontánea de nuestra esfera de influencia, luego tenemos que hacer todo lo que esté en nuestro poder para asegurarnos que este tipo de crítica no sea reformada en contra nuestra.

*Veritas, aut consilis, aut ense.

Por la verdad, por concilio o por las armas.*

Salvemos a Occidente

Alberto Zambrano

Para El Instituto Propietarista.